La euforia de Betty era tan grande que parecía que su cuerpo no podía contenerla. Después de un año de rechazos y problemas de salud, finalmente encontrará su hogar definitivo. «Podrá ser una perrita feliz y consentida», dijeron desde el refugio.
No todos los canes callejeros tienen la suerte de cruzarse con personas que los amen y les proporcionen los cuidados que merecen. Muchos de ellos deben pasar toda su vida buscando alimento en la basura y buscando un lugar donde resguardarse.
Los más afortunados se encuentran con organizaciones protectoras de animales que los acogen en hogares y refugios. En estos lugares pueden recibir cuidados especiales de manera temporal, mientras buscan familias dispuestas a adoptarlos de forma permanente.
Sin embargo, no todas las adopciones resultan exitosas. Algunas personas prefieren animales cachorros o jóvenes, lo que pone en desventaja a aquellos perros adultos y enfermos.
Eso fue lo que le sucedió a Betty, una perrita que ya había cumplido un año de vida bajo el cuidado del servicio de rescate de animales, Healing Hearts Rehab. A pesar de ser un animal adorable, nadie la adoptaba.
Lo más difícil fue que Betty tuvo que enfrentar momentos críticos de salud, ya que cuando fue rescatada de la calle padecía graves prolapsos que le habían causado infecciones y dificultades para orinar.
Después de un par de cirugías, Betty estaba lista para encontrar una familia dispuesta a adoptarla. «Cada día, Betty mejoraba tanto física como mentalmente», explicaron desde el refugio.
De acuerdo con Newsweek, los voluntarios llevaron a cabo una intensa campaña para ayudar a Betty a encontrar un hogar. Todos esos esfuerzos dieron sus frutos y valieron la pena.
Hace unos días, la cofundadora del servicio animalista, Joy Bastow, compartió un hermoso momento en TikTok que se hizo viral: capturó el instante exacto en el que Betty supo que había encontrado una familia permanente y sería adoptada, por fin.
La perrita corrió y saltó de alegría cuando los voluntarios le comunicaron que había personas interesadas en ella. Betty estaba tan emocionada que se lanzaba sobre los trabajadores y movía su cola incansablemente.
«Betty está prosperando en su nuevo hogar. Ella podrá ser una perrita feliz y consentida», concluyó Joy.